
Xochimilco es un poblado al sur de la Ciudad de México, ahí donde las flores cantan y las tradiciones se caracterizan por su expresiva y colorida espiritualidad.
En Xochimilco, desde mediados de octubre existe un vivo movimiento para venerar el recuerdo de los seres queridos. Se respira el olor a pan de muerto recién horneado; el humo del incienso se filtra a través de los huecos del papel picado; y los pétalos de las flores de cempazuchitl dibujan el margen de los sueños y la esperanza, esa que, dicen los abuelos, nunca muere.
En Xochimilco la tradición de la noche de muertos aún vive; los familiares visitan los panteones para esperar la llegada, según la creencia popular, de sus fieles difuntos, adornan las tumbas con flores, velas y globos, comida y bebidas para velar toda la noche.
En los panteones de los pueblos de San Gregorio y Xilotepec, la gente llega desde el 31 de octubre para velar a sus niños, y del 1 de noviembre al 2, esperaran a los amigos, abuelos, padres, hijos, que partieron antes y que esos días rondan por la ciudad de México.
Panteón de San Gregorio
Altar del Día de Muertos en Xochimilco